Las flores comestibles que podrías encontrar en una floristería

¿Te has parado alguna vez a pensar en lo que pasaría si metieras flores en tu cocina? No, no estoy hablando de un jarrón bonito al lado de la ventana, sino de flores en tus platos. Lo cierto es que algunas flores pueden ser tan comestibles como las verduras del huerto, y si eres un apasionado de la gastronomía, este tema te va a dejar más que intrigado. 

Hoy vamos a hablar de flores comestibles que puedes encontrar en una floristería. Sí, sí, en esa misma donde compras rosas para tu aniversario o claveles para la abuela.

¿Qué son las flores comestibles?

Primero lo primero: no todas las flores son comestibles. Esto no va de ponerse a masticar margaritas como si nada. Las flores comestibles son aquellas que no sólo no son tóxicas, sino que además pueden aportar un sabor, aroma o textura interesante a tus platos. Algunas las conocerás seguro, como las violetas o los capuchinos (¿te suenan los nasturtium?), pero otras igual te pillan por sorpresa.

Lo interesante aquí es que las flores han sido parte de la cocina durante siglos, aunque su uso se ha ido perdiendo con el tiempo. Pero, ¡eh! Estamos en el siglo XXI, y la cocina está para experimentar, para jugar, y, sobre todo, para disfrutar. Así que vamos a darle una vuelta a eso de cocinar con flores.

Flores que puedes encontrar en la floristería y usar en tu cocina

Aquí es donde la cosa se pone emocionante. ¿Sabías que muchas de las flores que se venden en las floristerías son perfectamente comestibles? Obviamente, pregunta primero si han sido tratadas con pesticidas, porque si es así, mejor las dejas en el florero. Pero si encuentras flores ecológicas o sabes que no llevan productos químicos encima, podrías sorprenderte de lo que puedes hacer con ellas.

Capuchinas

Empezamos con una de mis favoritas: las capuchinas. Estas flores tienen un sabor que pica ligeramente, algo así como un rábano suave. Sus colores vibrantes—rojos, naranjas, amarillos—pueden hacer que cualquier plato parezca salido de un cuadro impresionista.

Úsalas para dar un toque de color a ensaladas o como decoración en un postre. Eso sí, no te pases con la cantidad, que tienen un sabor fuerte. Además, sus hojas también son comestibles y aportan un toque fresco.

Violetas

Luego están las violetas, una flor delicada con un sabor dulce y perfumado que va de lujo en postres. Puedes cristalizarlas, hacerlas en almíbar o simplemente usarlas frescas para decorar. Personalmente, las he probado en bizcochos y el resultado es tan bonito que casi da pena comérselo… casi. También funcionan muy bien infusionadas en almíbar o en una gelatina ligera.

Rosas

Si hablas de flores comestibles y no mencionas a la rosa, estás haciendo algo mal. Las rosas son un clásico en la cocina, sobre todo en recetas dulces. Puedes usar los pétalos en ensaladas para dar un toque sofisticado o en postres para aportar un aroma delicado. Y no te olvides del agua de rosas, que es un ingrediente muy común en la repostería de Oriente Medio. Eso sí, no todas las rosas son iguales. Las variedades más fragantes suelen ser las mejores para cocinar.

Flores de calabacín

Puede que no las veas en todas las floristerías, pero las flores de calabacín son otra opción deliciosa y fácil de usar en la cocina. Su textura suave y su sabor sutil las hacen perfectas para rellenar con queso y luego freír o para añadir a una pizza. Un consejo: si las encuentras, cómpralas frescas y úsalas rápido, porque se estropean en un santiamén.

Jazmín

El jazmín no es solo para perfumar el aire, también se puede comer. Eso sí, es más común verlo en infusiones o como adorno que en platos principales. Su aroma es tan intenso que con un par de flores es más que suficiente para aromatizar un té o decorar un postre.

Lavanda

Y no nos olvidemos de la lavanda. Esta flor es muy versátil, aunque tiene un sabor fuerte, así que úsala con moderación. Unas pocas flores pueden darle un giro interesante a una limonada, un helado o incluso a un plato de carne. Es ideal para infusiones y postres, aunque a algunos les puede recordar a las pastillas de jabón… Cuestión de gustos, supongo.

Cómo utilizarlas en la cocina

Ahora que ya sabes qué flores puedes comer, hablemos de cómo usarlas. Las flores comestibles son bastante versátiles, pero aquí van unos consejos para que no te equivoques y acabes con un plato que sepa a hierba del campo (que no siempre es lo que buscas, créeme).

En ensaladas

La forma más fácil y directa de usar flores en la cocina es en ensaladas. Mezcla flores como capuchinas, pensamientos o geranios con hojas verdes y tendrás un plato que es un festín para los ojos y para el paladar. El truco está en no abusar; un par de flores son suficientes para darle color y sabor a una ensalada.

En postres

Las flores y los postres son una combinación natural. Puedes usar violetas, rosas o jazmín para decorar tartas, cupcakes o incluso para hacer helados. Si te gusta experimentar, prueba a infusionar flores en leche o nata y úsala para hacer cremas o salsas dulces. Te aseguro que el resultado será algo fuera de lo común.

En infusiones

Algunas flores, como la lavanda o el jazmín, son ideales para hacer infusiones. Solo necesitas unas pocas flores y un poco de agua caliente para tener una bebida que no solo huele bien, sino que también sabe increíble. Si te sientes aventurero, prueba a hacer una limonada con lavanda o un té con capuchinas.

Precauciones y curiosidades

Aunque las flores comestibles pueden ser una adición espectacular a tu cocina, es importante recordar que no todas las flores son seguras para comer. Algunas, como las adelfas, son tóxicas y no deben ingerirse bajo ninguna circunstancia. Y, como dije antes, asegúrate de que las flores que uses no han sido tratadas con pesticidas u otros químicos. Si tienes dudas, mejor pregunta en tu floristería o busca información fiable.

Un dato curioso: algunas culturas, como la china o la india, han estado usando flores en la cocina durante miles de años. Para ellos, comer flores no es una novedad, sino una tradición que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. ¡Algo sabrán que nosotros no!

En conclusión

Las flores comestibles son una forma fantástica de dar un toque especial a tus platos. No solo añaden color y sabor, sino que también te permiten experimentar y ser creativo en la cocina. Así que la próxima vez que pases por tu floristería, échale un ojo a las flores con otros ojos. Quién sabe, igual encuentras el ingrediente secreto para tu próxima receta estrella. ¡Atrévete a probarlo!

Gracias por leer hasta aquí. No olvides que la cocina es un campo abierto a la imaginación, ¡así que no pongas límites a lo que puedes hacer!