La historia de la calleja de las flores en Córdoba

Se ha convertido en una de las calles más populares, turísticas y fotografiadas del mundo, y todo se debe a una cosa: su belleza floral. En varias ocasiones ha sido declarada como una de las calles más bonitas de España, y forma parte de un entorno que en 1994 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es la hermosísima Calleja de las Flores en Córdoba.

Adentrarse en ella es conocer una diminuta plazoleta que en otros tiempos frecuentó el bullicio de un patio de vecinos donde resaltaban cientos de macetas, lo que al principio motivó el nombre de “Calle de los Jazmines”.

Se trata de un lugar que en la década de los 50 fue objeto de un ambicioso proyecto de remodelación a cargo del arquitecto Víctor Escribano Ucelay, y que hoy en día es visitado por miles de personas que van a admirar la perfección de sus múltiples flores.

Cientos de macetas floridas

La Calleja de las Flores en Córdoba
Fuente: patioscordoba.com

En la remodelación de la década de los 50, se llevó a cabo un interesante cambio que hasta hoy hace destacar esta calleja, como es la edificación de los arquillos que la distinguen, la colocación de un capitel califal justo en la esquina que da inicio a la callejuela, la instalación de los típicos cantos rodados y la ya reconocida decoración con cientos de macetas floridas.

Fue también en aquella época que el pavimento existente fue reemplazado por el característico empedrado cordobés que incorpora cantos rodados. Los muros de las casas fueron encalados y fueron incluidos los arquillos que ahora adornan hermosamente la calle otorgándole una óptima perspectiva.

Más adelante, en la década de 1960, se construyó una fuente octogonal que añadía reliquias arqueológicas como la ya conocida columna romana que forma parte del encanto del lugar y que, entre otros encantos, conforma este icono fotográfico de la ciudad.

De fama mundial

Es así como este lugar ha pasado a formar parte de la lista de “las calles más bonitas del mundo”, de acuerdo con publicaciones tan prestigiosas en el ámbito del diseño como Architectural Digest, donde elogian el perfil de vías de fama mundial, entre ellas Notting Hill en Londres, Burano en Venecia o Montmartre en París.

Los especialistas afirman que la Calleja de las Flores es mucho más que un rincón para hacerse bonitas fotos, para convertirse en un recordatorio de diseño, arquitectura y estilo de vida que vale la pena visitar, sobre todo por la exuberancia floral que entrega.

Patrimonio de la Humanidad

Es importante recordar que el centro histórico de Córdoba constituye uno de los cascos antiguos más amplios del continente europeo, y, si bien en 1984 ya la Unesco había declarado a la Mezquita-Catedral de esta ciudad como Patrimonio de la Humanidad, diez años más tarde la denominación fue extendida al centro histórico. Todo se debe a la enorme riqueza arquitectónica que engloba reminiscencias de las eras romana, árabe y cristiana.

El conjunto histórico de Córdoba está configurado por las sendas que armonizan con la vieja muralla, elemento que ha permitido resguardar de las modificaciones urbanísticas ocurridas en los siglos XIX y XX.

Además, se trata de una estructura urbana que está dividida en dos segmentos bien diferenciados: al oeste, la Villa o antigua Medina musulmana, y al este, la Axerquía o barrio oriental. Todo como parte de una herencia musulmana que se perpetuó a través del tiempo.

Historia de la belleza floral

Muchas familias llegaron a esta calle antes de que fuera famosa, desplazadas por la Guerra Civil. Así convirtieron en su hogar la angosta vía, y eran muchos los que traían gran cantidad de flores desde lugares como La Carlota.

En algún momento fueron tantas las flores que las terrazas no alcanzaban para ponerlas, así que comenzaron a colgar macetas en las paredes y en los balcones. 

No pasó demasiado tiempo para que los visitantes del lugar comenzaran a apreciar la belleza de colocar tantas flores. Seguidamente, entre los propios vecinos, Escribano Ucelay, Bernier y los hermanos Cruz-Conde fueron transformando aquella calle en un verdadero símbolo que hoy perdura con el empedrado, la fuente, los arcos y más detalles.

Cuando llega la primavera, la Calleja de las Flores de Córdoba consigue su máxima ostentación, ya que las flores en los balcones enrejados establecen un nítido y colorido contraste con los muros encalados. Entretanto, la Torre del Campanario ofrece las mejores vistas, algo que los turistas no dejan de aprovechar.

Las flores como protagonistas

Flores típicas de Córdoba

En todo este entorno, las protagonistas son, desde luego, las flores, y entre las más destacadas que adornan la célebre calle encontramos las siguientes:

  • Los geranios. De gran vistosidad y resistencia, los patios cordobeses exhiben esta flor en tres variedades: las llamadas gitanillas, el geranio común y el conocido como “geranio de pensamiento”. Todas ellas florecen únicamente en primavera con vistosos pétalos de diferentes tonalidades. En cuanto a las gitanillas, es una variante conocida también como “geranio de hiedra” que encontramos en un color o dos.
  • Las buganvillas. De flores muy bellas y fastuosas que encontramos en amplia variedad de colores. Esta es una planta trepadora capaz de florecer en cualquier época del año, a menos que haya heladas.

Otras variedades que podemos descubrir en numerosos colores y morfologías en esta icónica vía cordobesa son:

  • Gitanillas sudafricanas
  • Geranio francés
  • Claveles
  • Buganvillas americanas
  • Petunias

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